La cirugía de columna endoscópica (ESS por sus siglas en inglés) actualmente es considerada el ejemplo más evidente de la evolución que ha tenido esta especialidad.

La incisión se realiza en menos de una pulgada de longitud. Incluso es flexible con pacientes mayores que presentan alto riesgo al uso de anestesia general, y en algunos casos, se pueden realizar bloqueos para darle al paciente anestesia regional.

En la cirugía de columna endoscópica los retractores tubulares reducen al máximo la necesidad de cortar tejido blando como la piel y el músculo. Por lo que la recuperación es menos aparatosa para estos tejidos. En consecuencia, hay una menor pérdida de sangre y una mejor recuperación del paciente.

Incluso, la cirugía de columna endoscópica es más rápida que una cirugía abierta. Se debe consultar con su especialista cual es la mejor cirugía dependiendo de cada padecimiento, ya que un mismo padecimiento puede ser abordado con cualquier técnica, pero la experiencia y destreza de su especialista determinan cual es la mejor para usted; particularmente considerando cirugías de revisión, inestabilidad espinal, lesión medular, alto grado de espondolistesis y cáncer.

Primero se realiza la incisión y se inserta un dispositivo tubular que tiene el grosor de un lápiz. En este tipo de cánula se inserta una cámara con la capacidad de mandar imágenes alta definición en tiempo real para lo que el cirujano estará interviniendo. Al final de la misma se retira y se cierra la pequeña incisión.

La cirugía de columna endoscópica se puede utilizar para hernias de disco, artropatías, ciática y estenosis. La cual, se realiza cuando se han agotado los recursos de una adecuada administración de inyecciones espinales o fisioterapia.